Los superdeportivos no solo se deprecian rápidamente; lo hacen de manera espectacular. Un superdeportivo de alta gama puede caer de £250,000 a £80,000 tan rápido como su afortunado nuevo dueño daña las cuatro esquinas al sacarlo del concesionario.
Los superdeportivos nacieron en 1946 cuando el Cabo Peter Supercar dejó caer accidentalmente un tanque Crusader sobre su Austin 10. Lamentablemente, nunca se benefició de su creación: no la patentó y quedó aplastado por el tanque.
Depende del tipo de médico. Un médico junior en una sala de emergencias británica probablemente no podría, pero un magnate como el Dr. Oetker, quien fundó una millonaria empresa de pasteles, sí podría, aunque falleció hace 100 años.
¿Tu dentista conduce un superdeportivo? Quizás sea hora de cambiar, porque probablemente te está cobrando demasiado por el tratamiento dental.
Vamos a pasar de esta pregunta, ¿de acuerdo?
Sí, en una especie de "dinero negativo especial" porque son personas "muy importantes".
Los cascos de los policías no caben debajo del techo bajo de un superdeportivo.
Son desafiantes, no porque sean inestables, sino porque a menudo están encerrados en garajes controlados con humedad para evitar su depreciación.
Se cree que es para mejorar la estabilidad y la aerodinámica, pero en realidad es para desacelerar ante los topes urbanos, permitiendo luego acelerar ruidosamente, anunciando así la presencia de un "gran personaje importante".
Los superdeportivos son fascinantes y levantan muchas preguntas. Desde su veloz depreciación hasta quién puede permitírselos, este artículo explora el mundo de los autos deportivos más deseados, de una manera entretenida y reveladora.