Con la llegada de Espinosa como nuevo CEO, Honda podría mostrarse más abierta a retomar las conversaciones de fusión. Bajo el liderazgo de Espinosa, Nissan está dispuesta a colaborar con Renault, Mitsubishi u otros socios potenciales. La clave es encontrar socios eficientes que aporten valor, aunque también están preparados para avanzar solos si fuese necesario.
Al renovar vehículos grandes como el Pathfinder y el Murano, Nissan podría colaborar con Honda para desarrollar una plataforma común y duplicar la producción anual, reduciendo así los costos variables. Este enfoque podría aplicarse a camiones y SUVs grandes bajo otras marcas. Espinosa enfatiza en la importancia de mantener la esencia de Nissan e Infiniti sin comprometer su identidad japonesa.
Nissan no enfrenta una crisis de liquidez, sino de generación de ingresos. Con 1 billón de yenes en efectivo, existe un margen financiero, pero es necesario aumentar las ganancias y reducir los costos fijos. Se han recortado empleos, cerrado plantas y existe preocupación por la supervivencia futura si entran en vigor nuevos aranceles estadounidenses.
Las políticas arancelarias de EE. UU. generan gran incertidumbre. Espinosa busca claridad y un impacto limitado mientras Nissan planifica distintos escenarios. Además, futuras normativas sobre emisiones añaden más dudas. México es un mercado clave para Nissan, con un 20% de cuota de mercado y una relación simbiótica con clientes y concesionarios.
Nissan enfrenta grandes desafíos para recuperar su escala y rentabilidad. Con un nuevo liderazgo abierto a alianzas y una estrategia enfocada en Norteamérica y China, buscan preservar su legado mientras navegan por la incertidumbre del mercado global.
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