Durante una visita a la sede de Honda, me presentaron los avances eléctricos de la marca. Aunque no vi coches físicos, eso no me detuvo; solo necesitaba encontrar un Civic Type R para explorar las carreteras japonesas. Afortunadamente, mi anfitrión accedió a prestarme uno.
Al bajar al aparcamiento subterráneo, surgió un pequeño problema: el Civic Type R japonés no "hablaba" inglés. Sin embargo, con la ayuda de un amigo que hablaba japonés, pronto superé el obstáculo.
Tokio, a pesar de sus problemas demográficos, sigue impresionando. La ciudad transmite una sensación futurista, con una infraestructura asombrosa y, sorprendentemente, una cultura vial extremadamente cortés. De hecho, conducir en el centro es más fácil que en muchas ciudades occidentales.
Nuestro viaje hacia Hota comenzó en Shibuya, pasando por la icónica zona de Haneda y tomando la Aqua-Line, un túnel impresionante que se encuentra debajo de la bahía de Tokio. A medida que avanzábamos, el Civic Type R brilló en su entorno nativo, combinando comodidad y potencia.
En medio de la Aqua-Line, hicimos una parada en Umihotaru, una moderna estación de servicio ubicada en una isla artificial. Después de disfrutar del paisaje urbano que dejábamos atrás, continuamos nuestro trayecto con calma, sin prisas.
El Civic Type R demostró ser un coche excepcional, manejando las curvas con una precisión impresionante. Cada kilómetro recorrido reafirmó que Honda había creado uno de los mejores hot hatches de todos los tiempos. Con una conducción placentera en las carreteras japonesas, el Type R se adapta tanto a la ciudad como a la autopista.
Al llegar a Hota, me di cuenta de la indiferencia del entorno hacia el Civic Type R. En lugar de ser un espectáculo, era solo otra máquina en una tranquila localidad japonesa. Pero para mí, esa experiencia de conducción fue invaluable. Cuando regresamos, reflexioné: ¿realmente es un "robo" pagar 50,000 dólares por uno de los mejores coches jamás fabricados? Sin duda, lo valdría.
Resumen: Este artículo narra una divertida y emocionante aventura de 24 horas en Japón con el Honda Civic Type R. Desde la historia del coche hasta la experiencia de conducir en Tokio y sus alrededores, se destaca la capacidad del Civic Type R de brillar en su entorno nativo, ofreciendo tanto comodidad como potencia. A pesar de su grandeza, el coche pasa desapercibido en un tranquilo pueblo, dejando al autor reflexionando sobre su valor y legado.
