Morgan, un nombre sinónimo de tradición, reafirma su compromiso con la construcción manual de automóviles. Según Matthew Hole, jefe de Morgan: "El núcleo de la construcción a medida es algo que valoramos mucho. La artesanía en un Morgan es única, y queremos mantenerla". En una era dominada por la automatización, Morgan destaca por seguir apegado a sus raíces artesanales.
En Morgan, el término "retro" no es bienvenido. Como explica Jonathan Wells, jefe de diseño de Morgan: "Para nosotros, construir coches a medida no es una reflexión del pasado, sino una continuidad de nuestra esencia". La construcción artesanal nunca ha desaparecido en Morgan; es una constante, no una réplica histórica.
El nuevo Supersport, sucesor del Plus Six, encarna esta filosofía. Con más madera y trabajo manual que su predecesor, el Supersport es un emblema de la artesanía. Según Hole: "Es un coche construido a mano, no ensamblado a mano. Nadie está fabricando coches a este volumen de manera artesanal".
La exclusividad es clave en el éxito de Morgan. Aunque la producción disminuyó a 500 unidades recientemente, Morgan apunta a alcanzar las 800 unidades anuales. Hole destacó que "No aspiramos a fabricar 5,000 coches al año; 800 es nuestro punto óptimo. Nuestro libro de pedidos es fuerte y el negocio va en la dirección correcta".
Morgan no solo produce coches en serie, sino que también lanza ediciones especiales, como el concepto Midsummer. Wells puntualizó: "Muchas empresas tienen operaciones especiales; Morgan es en sí misma una operación especial".
Resumen: Morgan sigue comprometida con la construcción artesanal, resistiendo la automatización y apostando por la exclusividad. Con el Supersport, la firma fusiona tradición y modernidad, manteniendo su esencia inalterada y ofreciendo ediciones especiales únicas.
