El Ferrari F40 ha dejado una huella indeleble en el mundo automotriz, considerado uno de los grandes íconos de todos los tiempos. Este superdeportivo de finales de los años 80 sigue impresionando con su majestuosa presencia. Con una reputación formidable, Gerhard Berger comentó que el F40 era "muy fácil de conducir... si tienes experiencia en coches de carreras". A pesar de no ser un auto de competencia, es incisivo y desafiante, necesitando tanto firmeza como delicadeza en el manejo.
- Aceleración y Turbos: El F40 acelera con una fuerza avasalladora. Sus turbos IHI silban y desafían al conductor a ir más rápido.
- Manejo Rudo: A diferencia de su predecesor, el 288 GTO, el F40 no se diseñó para competir, pero su manejo es vibrante y ágil.
- Minimalismo Funcional: La dirección y los frenos son sin asistencia, y el embrague es pesado, pero su ligereza y agilidad sorprenden.
Al elevar la velocidad, la dirección cobra vida y se convierte en un modelo de comunicación entre el coche y el conductor. La experiencia es impactante, ya que el chasis rígido y el ruido aumentan la emoción sin comprometer la calidad de la conducción. Sin embargo, su manejo requiere respeto, especialmente en condiciones húmedas.
El F40 incorpora tecnología de F1, con paneles de Kevlar y un chasis de acero tubular. Las puertas y el capó están hechos de fibra de carbono. El tablero es sencillo, sin extras que distraigan. El auto se centra en lo esencial: su experiencia de conducción.
El motor del F40, conocido como F120A, es un elemento central. Con 478 bhp y 425 lb ft de par motor, el V8 de 2,936 cc está montado longitudinalmente. Fue diseñado por el ingeniero Nicola Materazzi, un defensor temprano de la turboalimentación, y desarrollado con gran autonomía bajo la supervisión de Enzo Ferrari.
Con solo 1,250 kg de peso en seco, el F40 alcanza 60 mph en 3.7 segundos y tiene una velocidad máxima de 201 mph, siendo el primer coche de producción en superar las 200 mph. Inicialmente planeado para 400 unidades, se fabricaron 1,311. Su legado continúa, aunque no todas las unidades han sobrevivido.
Resumen: El Ferrari F40, legado del visionario Enzo Ferrari, combina innovación de F1 con un diseño minimalista. Esta obra maestra de los años 80 seduce con su potencia brutal y manejo ágil, redefiniendo el concepto de superdeportivo.