La idea de los coches deportivos extremos parece sencilla: una versión mejorada para pista de un vehículo ya popular. Podríamos pensar que surgió poco después de la invención del automóvil, pero no es tan simple de rastrear. El crédito probablemente lo merece la marca alemana Porsche, con el icónico 911 2.7 RS de 1973. Esta versión especial introdujo elementos cruciales como el alerón "cola de pato", suspensión Bilstein más rígida, neumáticos más anchos y un chasis aligerado. Aunque Porsche solo planeaba fabricar 500 unidades, la demanda triplicó sus expectativas.
A pesar del éxito del 911 RS, el concepto no despegó inmediatamente. La fórmula de "pagar más, recibir menos" tardó en calar. Durante décadas, entre los años 70 y 80, el enfoque en coches ligeros y concentrados se eclipsó. El término RS no volvió al 911 hasta 1992 con la generación 964, aunque su llegada no fue precisamente un éxito inmediato.
La década de 2000 cambió todo. En 2003, Ferrari y Porsche revitalizaron el mercado con ediciones especiales: el Ferrari 360 Challenge Stradale y el 911 GT3 RS. Estos modelos, más ligeros y orientados al rendimiento, finalmente encontraron un público entusiasta. Otras marcas, como BMW con el M3 CSL y Mini con su John Cooper Works GP, dieron sus propios pasos en la misma dirección.
El auge no fue exclusivo de Europa. En Estados Unidos, el Dodge Viper ACR sorprendió al establecer récords de vuelta en pista. Las marcas comenzaron a experimentar más con el concepto de coches livianos para pista, mientras Lamborghini y Mercedes lanzaron sus propias versiones como el Gallardo Superleggera y CLK63 Widebody.
El camino no está exento de obstáculos, como el desafío de añadir potencia en lugar de reducir peso. No obstante, las ediciones especiales proliferaron, con Ferrari lanzando el 599 GTO y Bugatti mejorando su Veyron Super Sport. Las innovaciones continuaron con la creación de hipercoches específicamente para circuitos, como el McLaren P1 GTR y LaFerrari FXXK.
La evolución continúa, incluso cuando los coches eléctricos imponen nuevos desafíos en términos de peso. Pero marcas como Porsche con su 911 S/T, siguen apostando por los vehículos livianos. Como dijo Ferry Porsche: "El último coche construido sobre la Tierra seguramente será un deportivo". Y parece que siempre llevará franjas y un diseño audaz.
Desde el Porsche 911 2.7 RS de 1973 hasta las versiones extranjeras más modernas, los coches deportivos especiales han evolucionado de ser una idea sorprendente a un pilar constante del automovilismo. A pesar de las tendencias cambiantes y los desafíos tecnológicos, el espíritu de los deportivos ligeros sigue vivo, impulsando la innovación y la pasión por la conducción.
