Hace 25 años, Ferdinand Piëch, entonces presidente del Grupo Volkswagen, se propuso crear un automóvil con 1,001 caballos de fuerza (PS) y capaz de superar los 400 km/h. Este ambicioso objetivo inició una travesía que culminaría con el legendario Bugatti Veyron.
Todo comenzó en 1997, en un tren bala japonés. Piëch bosquejó un motor W18 para alcanzar sus sueños automovilísticos y encargó al diseñador Giorgetto Giugiaro de Italdesign la creación de un auto que albergara este concepto.
El EB 118 debutó en el Salón de París de 1998 como un gran coupé de dos puertas. Inspirado en el Type 57CS Atlantic, llevaba un motor W18 de 6.3 litros y 555 caballos de fuerza.
Un año después, el EB 218 se presentó como una lujosa berlina de cuatro puertas, portando el mismo motor que su predecesor. Este modelo homenajeaba al Type 41 Royale y al EB 112.
En septiembre de 1999, el EB 18/3 Chiron cambió el motor W18 al centro del vehículo. Fabrizio Giugiaro, hijo de Giorgetto, tomó el relevo con un diseño más agresivo.
Solo un mes después, el EB 18/4, diseñado por Jozef Kaban, fue bautizado en honor a Pierre Veyron. Sin embargo, la complejidad del W18 llevó a Bugatti a optar por un motor más viable.
Cambio a un W16 Turbo: La solución llegó en el año 2000, cuando el motor se redujo a un W16 de 8.0 litros y se turboalimentó intensamente, superando los desafíos de potencia y calor.
El Veyron Nace: Con 1,001 caballos de fuerza y una velocidad superior a 400 km/h, el Veyron materializó el sueño de Piëch. Aunque costoso, su velocidad y lujo dejaron una marca indeleble en la industria automotriz.
Hace 25 años, Ferdinand Piëch soñó con un automóvil sin igual. Sus bosquejos en un tren y una serie de conceptos innovadores culminaron en la creación del Bugatti Veyron, un auto que redefinió los límites de la velocidad y el lujo.