Japón es famoso por sus carreteras de más de 1.2 millones de kilómetros, que deben acomodar a 82 millones de vehículos. A pesar de la densidad de tráfico, el país ha encontrado una solución efectiva: los kei cars, o vehículos ligeros. Surgidos en la década de 1940, estos autos minimalistas han sido una respuesta eficiente a los desafíos de movilidad en Japón, combinando dimensiones compactas con motores de bajo consumo.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón necesitaba un medio de transporte accesible. Así nació la categoría de vehículos ligeros, limitando en sus inicios la cilindrada de los motores a 150 cc. En 1958, el Subaru 360 se convirtió en el primer kei car popular, ofreciendo espacio para cuatro pasajeros en menos de tres metros de longitud.
Para los años 90, los motores de los kei cars habían alcanzado los 660 cc, dando lugar a modelos icónicos como el Suzuki Cappuccino y el Honda Beat, conocidos por estar limitados a 63 bhp por un acuerdo entre fabricantes.
A pesar de su éxito, los kei cars no eran la única innovación en Japón. En los años 70, los microcoches comenzaron a ganar popularidad. Estos diminutos vehículos no requerían licencia de conducir, pues su pequeño tamaño y motor los ubicaban en una categoría similar a los ciclomotores.
Mitsuoka Motor, célebre por su peculiar estilo, fue pionera en el ámbito de los microcoches. En 1982 lanzaron el BUBU Shuttle-50, un vehículo diseñado para ser accesible y funcional. Este modelo, junto a posteriores variaciones como el BUBU 501, ofrecía una solución económica y práctica para la movilidad urbana en Japón.
Aunque los microcoches dejaron de ser viables tras cambios en las regulaciones de los años 80, Kaoru Hasegawa ha dedicado su vida a preservar su legado. Con su museo WAZUKA en Wakayama, Hasegawa-san celebra estas maravillas en miniatura, manteniendo una colección que incluye raras joyas automotrices de Japón y Europa.
El museo, ubicado en una calle diminuta y alojado en una casa igualmente pequeña, alberga modelos únicos que atraen a entusiastas de todas las edades. Para Hasegawa-san, compartir la historia de estos vehículos es una pasión que sigue creciendo, siempre buscando nuevas piezas para enriquecer su colección.
El WAZUKA Micro Car Museum no solo revela una fascinante historia automotriz, sino que también conserva la esencia de un período en el que la creatividad japonesa condujo a soluciones únicas en movilidad.
Este artículo explora la fascinante historia de los kei cars y microcoches en Japón, destacando la colección única de modelos raros preservada por Kaoru Hasegawa en su WAZUKA Micro Car Museum.