- Asientos ligeros: Ajustados y cómodos, superan mis expectativas.
- Interior envolvente: Tacto y operativa amigables, cada botón parece un tesoro.
- Arranque emocionante: Inserto el llavero, y el legendario V12 de 5.9 litros ruge al arrancar.
Con una sonrisa nerviosa, me siento como James Bond. A pesar de sus 510 caballos de fuerza y un par motor de 420 lb-ft, el manejo resulta accesible.
- Aceleración impresionante: De 0 a 62 mph en 4.3 segundos.
- Velocidad: Puede alcanzar más de 190 mph en la autopista.
El cambio manual de seis marchas es robusto y encaja perfectamente en su diseño poderoso.
El DBS combina fuerza con elegancia.
- Materiales de calidad: Carcasa de fibra de carbono y chasis de aluminio revisado.
- Frenos de cerámica: Diseñados para una respuesta excepcional.
Al detenerme y admirar su silueta diseñada por Marek Reichman, comprendo que el DBS no es un coche intimidante, sino el epítome del gran turismo. Ofrece un sonido embriagador, una conducción gratificante y una estética sublime. Es un automóvil auténtico, que encapsula toda la esencia del clásico GT.
El Aston Martin DBS es el modelo ideal de gran turismo, combinando potencia, lujo y una experiencia de conducción inigualable. Su diseño y tecnología se mantienen fieles a una era dorada del automovilismo, sorprendiéndonos con su encanto y desempeño.