El récord del Chiron Super Sport a 304.8 mph se logró en Ehra-Lessien, donde la pista había sido parcialmente repavimentada. Andy notó un "salto" en la unión de las superficies nueva y antigua a 270 mph. Los ingenieros, al principio incrédulos, luego confirmaron los datos: efectivamente, había un "salto".
A 304 mph, los neumáticos soportan una fuerza de 7,000 kg. Con las ruedas girando a 4,100 rpm, el control de dirección se complica. Al igual que un avión a semejante velocidad, el Chiron exhibe características de manejo inesperadas.
El Super Sport 300+ Prototype no era un Chiron común. Con 250 mm adicionales de longitud y una altura reducida, estaba optimizado para minimizar la resistencia. La sección trasera fue modificada para mejorar la aerodinámica, reemplazando el alerón trasero por una unidad estática.
Según las reglas de Guinness, el récord debe lograrse en ambos sentidos de la misma carretera en un lapso de 60 minutos. Sin embargo, Bugatti optó por correr solo en una dirección. La estructura del asfalto, desgastada por el uso en sentido horario, provocaría un exceso de calentamiento en los neumáticos si se corriera al revés.
Lograr que el auto permanezca en tierra requiere un balance entre la sustentación y la carga aerodinámica. Un equilibrio adecuado disminuye la carga sobre los neumáticos y el calor generado, reduciendo el riesgo de accidentes.
Resumen: Alcanzar 300 mph en un Bugatti demanda una planificación meticulosa, modificaciones técnicas y una comprensión profunda de la física. Andy Wallace, con su experiencia, desvela los secretos detrás de este impresionante logro.
