Hasta hace poco, estaba encantado con mi configuración de simulación en casa. Contaba con un volante Fanatec direct-drive y pedales load cell, todo montado en un rígido chasis de Next Level Racing. Todo cambió con una visita a las instalaciones de BAC cerca de Liverpool para probar su simulador del Mono. Esta experiencia hizo que mi configuración se sintiera como viajar en clase turista después de haber sido ascendido a primera clase inesperadamente.
El simulador de BAC no es cualquier sistema; es un 'gemelo digital' del Mono, un deportivo ligero con una versión virtual tan precisa que sus datos de telemetría son intercambiables con los del modelo real. Al entrar en el chasis tubular, montado sobre una plataforma de movimiento con seis grados de libertad, es difícil no deslumbrarse.
1. Familiarización del Cliente: Permite a los nuevos propietarios aprender a manejar el Mono sin riesgo de costosos errores.
2. Contenido para Videojuegos: Estos modelos virtuales pueden integrarse en simuladores caseros como contenido descargable, difuminando la línea entre fabricante de autos y desarrollador de videojuegos.
3. Desarrollo Automotriz: Funciona como herramienta de desarrollo, ayudando a probar conceptos y piezas antes de su producción real.
Al igual que en las escuderías de F1, BAC busca una "correlación" exacta entre sus simuladores y los datos reales del vehículo. Esto permite ensayar innovaciones y detalles específicos antes de implementarlos físicamente.
Gracias a esta tecnología, fui el primero en probar virtualmente el e-Mono de hidrógeno no anunciado. Su veloz aceleración parecía sacada de una película de ciencia ficción. Creo que me vendría bien un par de horas más de práctica en este simulador antes de creerme Han Solo.
Resumen: Los simuladores de carreras de BAC han revolucionado mi percepción de estas herramientas. Más que simples videojuegos, hoy son fundamentales en la familiarización, la integración en otros simuladores y el desarrollo de innovaciones automotrices.
 | Aunque los simuladores como el de BAC son impresionantes, no debemos olvidar que no pueden reproducir totalmente la dinámica y las condiciones de conducción del mundo real. Aún queda mucho por aprender de los coches reales. |
 | No estoy convencido de que las simulaciones digitales puedan sustituir a las pruebas en el mundo real. Hay muchos matices en la conducción que una simulación podría pasar por alto, y me pregunto si esto podría dar lugar a más problemas que soluciones. |
