Los recientes anuncios de aranceles por parte del gobierno de EE.UU. están causando preocupación en el sector automotriz. La administración busca que los fabricantes repatrien la producción y el abastecimiento de partes, un objetivo difícil de cumplir en poco tiempo. Esta incertidumbre resulta desafiante para anclar las cadenas de suministro en un sector que opera con planes a largo plazo.
La industria podría experimentar colapsos similares a los vistos durante la escasez de semiconductores provocada por la pandemia. Los proveedores enfrentarán grandes dificultades para absorber los costos adicionales, y si no logran transferirlos a las automotrices, se verán forzados a operar con pérdidas.
Trasladar la producción a EE.UU. no es sencillo ni económico. Las plantas locales no tienen la capacidad de aumentar su producción de inmediato, y construir una nueva planta requiere tiempo y capital. Los proveedores también deberán trasladarse, impactando aún más los costos para los consumidores.
Los aranceles pueden formar parte de una estrategia para renegociar anticipadamente el acuerdo USMCA. Este movimiento busca mayor contenido estadounidense y costos laborales más altos en México, además de prevenir la entrada de automóviles chinos a través de México sin aranceles.
Resumen: La inestabilidad actual en el sector automotriz, provocada por los nuevos aranceles, podría aumentar significativamente el costo de los vehículos y desestabilizar cadenas de producción bien establecidas. La incertidumbre mantiene a la industria en ascuas, esperando por una solidez económica que le permita retomar el rumbo.