En la década de 1990, un grupo de desarrolladores creó Motorhead, un juego de carreras de ciencia ficción que buscaba imaginar un futuro sombrío y distópico. Con una atmósfera industrial y melancólica, parecía un universo que Harrison Ford en Blade Runner podría haber visitado después de enfrentarse a replicantes. Sin sospechar que el siglo XXI vería sus motores de combustión como una visión optimista del futuro, Motorhead nos dejó un legado visual inolvidable.
- Ambiente Detallado: Edificios de concreto dominan las pistas, mientras la música electrónica suena al pasar junto a clubes de neón.
- Física Realista: A diferencia de su contemporáneo Wipeout, Motorhead ofrecía físicas de conducción inspiradas en simuladores.
- Dificultad Exigente: Un simple error bastaba para perder la carrera, lo que aumentaba el desafío y la tensión en cada curva.
- Fluid Motion: El juego permitía mejorar la fluidez gráfica, aunque con menos oponentes en pista, una opción llamativa para demostrar capacidades técnicas.
- Música Electrónica: Con un soundtrack de trance y electrónica, se alejaba del heavy metal, sorprendiendo a más de uno en los 90.
Motorhead ofreció una experiencia de carreras única para su época, destacando por su inquietante estética cyberpunk y su jugabilidad técnica. A pesar de su ambiente sombrío, hoy es una visión nostálgica de un futuro donde el motor de combustión sigue siendo relevante.