La Unión Europea se inclina hacia la prohibición del caucho en la fabricación de vehículos, con la audaz meta de reducir las emisiones de carbono casi a cero. Originalmente se consideró una prohibición al uso de fibra de carbono, pero se abandonó al reconocer que interrumpir la cadena de suministro de neumáticos inmovilizaría los coches eficazmente.
- Restricción Total: Con la eliminación del caucho, los autos quedarían sobre bloques de cemento, a merced del tiempo.
- Excepciones Limitadas: Solo se permitiría el uso de una alternativa vegana derivada del cáñamo para vehículos de emergencia y bicicletas de reparto.
Un portavoz de la UE comentó: "Nos dedicamos a alcanzar el cero neto de emisiones a toda costa, aunque implique alterar por completo nuestro estilo de vida."
- Trabajo Remoto: La transición al teletrabajo ya ha disminuido considerablemente la necesidad de desplazarse en coche.
- Soluciones Tecnológicas: La integración de tecnologías como Zoom puede suplir las reuniones presenciales.
A pesar de las críticas sobre medidas pasadas —como la obligatoriedad de advertencias de límite de velocidad— esta estrategia, aseguran, es un remedio eficaz que acabaría con tales quejas de un plumazo. Sin embargo, algunos dudan de su aplicabilidad y consecuencias prácticas.
La UE propone una solución radical para frenar las emisiones de CO2: la prohibición del caucho. Apoyándose en alternativas ecológicas y potenciando el trabajo remoto, buscan cumplir metas ambientales, aunque ello signifique un cambio drástico e inusual en el transporte.