Desde joven, Gordon Murray demostró una pasión desmedida por los autos. En su natal Durban, Sudáfrica, diseñó el Cuneo 1300 GT en su habitación de adolescente, un indicio de la brillante mente que redefiniría la industria automotriz.
Con una capacidad sobresaliente para gestionar todos los aspectos técnicos de un automóvil, desde la aerodinámica hasta el sistema de combustible, Murray diseñó vehículos emblemáticos del automovilismo, como el Brabham BT46B y los legendarios McLaren de la era Prost-Senna.
- El "fan car" Brabham BT46B
- McLaren F1: considerado el mejor auto jamás fabricado
El McLaren F1, ampliamente reconocido como el mejor auto de carretera, fue una obra maestra que ganó Le Mans. Para Murray, este logro era más complejo que ganar el campeonato mundial de Fórmula Uno. A pesar del bullicio en torno a su velocidad máxima, su verdadero valor residía en su innovación tecnológica.
No solo se aventuró en la Fórmula Uno; también diseñó un prototipo para Le Mans, el Duckhams LM, y creó su propio auto, el Minbug. Su inquietud y autoexigencia le llevaron a deslumbrar al mundo automovilístico.
A los 78 años, Murray sigue activo, desarrollando proyectos como el GMA T.50 y su sucesor, el T.33. Su amor por el diseño trasciende los automóviles: aborda proyectos de arquitectura con igual fervor, como el edificio de GMA Windlesham.
Murray también se encuentra inmerso en la escritura de su biografía, que promete explorar más allá de su fascinante trayectoria en el automovilismo.
Gordon Murray ha dejado una marca indeleble en la historia automotriz. Con un legado que abarca desde trabajos sobresalientes en Fórmula Uno hasta autos de calle icónicos, su visión sigue inspirando a generaciones, mientras él continúa buscando nuevos horizontes.
