El Segway tenía la intención de reemplazar vehículos pesados como la opción preferida de transporte urbano. Sin embargo, los ciudadanos ya contaban con múltiples alternativas prácticas: bicicletas, scooters y, por supuesto, sus propias piernas. El Segway no mejoraba significativamente ninguna de estas opciones.
- Velocidad máxima: 10 mph.
- Autonomía: aproximadamente 10 millas.
- Tecnología de auto-nivelación: Interesante, pero innecesaria dado que la mayoría de las personas ya pueden mantenerse en equilibrio fácilmente.
El diseño del Segway hizo que sus usuarios lucieran poco atractivos. En lugar de proyectar una imagen futurista, muchos lo compararon con un guardia de seguridad poco elegante, lo que dificultó aún más su adopción.
No sorprende que las proyecciones de ventas de medio millón de unidades al año nunca se concretaran. En 2009, la compañía fue vendida a un empresario británico, quien falleció tras caer de un acantilado montando su Segway. La producción se detuvo en 2020, habiéndose fabricado apenas 140,000 unidades. ¿Más grande que internet? Difícilmente más grande que un Betamax.
El Segway, anunciado como una revolución en el transporte urbano, fracasó estrepitosamente al no proporcionar ventajas reales sobre métodos establecidos de movilidad. Su imagen poco atractiva y una caída en las ventas marcaron su destino, dejando un legado más pequeño de lo prometido.