Slate producirá un único modelo: una camioneta gris con características universales. Los compradores solo podrán elegir entre dos paquetes de baterías NMC: de 52.7 kWh, que ofrece 150 millas de alcance, o de 84.3 kWh, con 240 millas de autonomía.
Los paneles de compuesto de polipropileno no requieren pintura, eliminando los costos de energía y herramientas asociados a un taller de pintura. No obstante, la estructura de acero aún necesitará un primado ELPO.
No se incluyen lujos como sistemas de infoentretenimiento, control de crucero o techos solares. Sin embargo, se garantiza calefacción, aire acondicionado y cerraduras eléctricas con control remoto por motivos de seguridad.
Las piezas como las luces traseras y las manijas de las puertas son intercambiables, lo que mejora la economía de escala al usar las mismas piezas en distintos lugares.
La fábrica ensamblará los vehículos usando solo una quinta parte de las piezas que tiene una camioneta típica. Como ejemplos de simplificación, el panel de instrumentos ha pasado de 27 a 7 piezas, y las puertas, de 15 a 10 piezas.
Se utiliza un componente de tracción eléctrica 3 en 1 de JJE Technologies que incluye motor, inversor y caja de reducción.
Se reutilizará una antigua planta de publicación de directorios telefónicos, aprovechando su buena logística y recursos laborales.
Siguiendo la tendencia de otras startups eléctricas, Slate venderá directamente desde la fábrica, con una red nacional de socios para entregas y servicios.
En resumen, Slate ofrece una camioneta eléctrica económica al simplificar el diseño, reducir lujos y optimizar la producción y distribución. Es un enfoque fresco para el público común que busca funcionalidad a buen precio.