Aunque muchos creen que el MPG (millas por galón) mide el consumo de combustible, en realidad es una medida de eficiencia. Un número más alto indica que se utiliza menos combustible, lo que representa una mayor economía. Esta forma de ver las cosas puede dificultar la comprensión de cómo consumimos combustible y cómo podríamos ahorrar.
Considera lo siguiente:
- Portabicicletas: ¿Sabes cuánta gasolina extra consume? Un sitio australiano investigó y encontró que llevar dos bicicletas en el techo consume 1,4 l/100 km a una velocidad constante de 100 km/h.
- En un viaje de 1,600 km, como de Londres a Escocia, esto suma 22 litros extra, equivalentes a £33 adicionales.
Calcular esto usando MPG es complicado. La conversión de litros a MPG confunde y transforma un cálculo simple en un problema matemático complejo.
Adoptar el método de litros consumidos por una distancia específica simplifica el cálculo de costos por milla. Por ejemplo, un desvío de 20 millas es fácil de calcular si conocemos el consumo en litros por milla. Solo multiplicamos y obtenemos el costo adicional.
Elegir un coche sería más sencillo observando un número de consumo de combustible mayor, lo que refleja un costo mensual mayor.
En lugar de litros por milla, pensemos en litros por cada 100 millas. Un coche de 35 MPG consumiría 13 litros por cada 100 millas, una cifra más manejable. Esto es similar a cómo en países plenamente métricos se utiliza l/100 km.
No se trata de cambiar a kilómetros, ya que los conductores británicos piensan en millas. La conversión debe ser práctica y adaptarse a lo que les resulta familiar.
Resumen: Entender el verdadero uso del MPG frente a litros por cada 100 millas puede simplificar el cálculo de costos de combustible. Cambiar el enfoque puede aclarar nuestras decisiones de conducción y ayudar a ahorrar combustible.